Tan despacio viaja la pereza
que no tarda en alcanzarla la pereza.
—
Ojo por ojo seguiremos
y al final todo el mundo acabará ciego.
—
Quien no haya querido habiendo podido,
no habrá podido cuando haya querido.
—
El que domina su cólera consigo,
domina siempre a su peor enemigo.
—
El que se pierde en el amor,
nunca podrá controlar su corazón.
—
Si te lo propones nada es imposible,
si lo intentas todo es abarcable.
—
No es más pobre el que menos cree poseer,
sino el que más ansía tener.
—
El que se ama de verdad a sí mismo
no tiene en el fondo ningún enemigo.
—
Quien tenga hoy voluntad
mañana tendrá siempre voluntad.
—
Mi vida entera
son mis reglas verdaderas.
—
Si no conviene, es mejor que no lo hagas.
Si no es verdad, es preferible que no lo digas.
—
Si no deseas ser juzgado,
no juzgues tú a un allegado.
—
Cuando descubras la gran verdad: “conócete y supérate”,
serás capaz de llegar a decirte: “acéptate”.
—
Si quieres sin peligro la victoria,
debes saber que ganarás sin gloria.
—
Aquel que sabe cuál es su aguante,
siempre sabe cuándo es bastante.
—
El hombre que no es capaz de callar
tampoco tiene idea alguna de cómo hablar.
—
Si quieres enfurecer de verdad a tu enemigo,
perdónale y haz como si fuera tu amigo.
—
Si quieres tener fortaleza,
no cambies la salud por la riqueza.
—
Si quieres conseguir que tu vida sea placer,
no cambies tu libertad por el poder.
—
Es fácil llorar estando triste,
lo difícil es reír por lo que sufriste.
—
Si tu corazón es de verdad bueno,
todo puede ser siempre mejor.
—
Donde termina el respeto de una persona,
empieza el respeto de la otra.
—
El tiempo que hayas perdido
nunca más volverás a tenerlo contigo.
—
Si hay un hueco en tu vida de dolor,
llénalo solo con amor.