Sal de tus sueños y baja a la realidad, que ya es la hora de la comida ¡y esta es la única escalera con la que llegar a las endivias!
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En la realidad también hay dragones, hadas y hechiceros. Los dragones son los hombres corpulentos, que si se enfadan escupen fuego. Las hadas son las niñas vestidas de rosa, que si las vistes de otro color dicen que a la calle no se asoman. Y los hechiceros… bueno, los hechiceros somos todos, que cada cual hace su magia para ver sonreír a quienes le importan.
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¿Estás seguro de que yo soy real? Quizás estás soñando, deja que te pellizque bien fuerte en el brazo. Ah, pues no, se te ha quedado rojo el brazo, tiene aspecto de haberte hecho daño.
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Muchos se asustan cuando sus gatos miran al vacío fijamente. Yo te digo, créeme, que están dormidos cuando eso hacen. A lo gatos, sin duda, les cuesta separar lo gracioso de lo escalofriante.
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Esta noche soñé que tenía manos de seis dedos y una segunda cabeza en el pecho. Soñé, también, que vivía en un palacio en las nubes, pero luego desperté y descubrí que, simplemente, vivía en un enorme chalet junto a la playa.
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Me gusta cerrar los ojos e imaginar que vivo solo. Luego, los abro y descubro, con pavor, que ya tengo la ropa doblada y la comida en el plato.
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Una inundación enorme inundó mi garaje. No quise asustarme, así que cerré los ojos para evadirme. Cuando desperté empapado tras un buen rato, el sofá en el que descasaba flotaba cual barco a la deriva. Todo cuanto había en mi garaje se había echado a perder, pero como un niño de aquel rato en barco disfruté.
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Si fuera pintor, no dejaría que nada tuviera los colores de siempre. Un cielo verde, una tierra enrojecida, un mar de color gris y un perro naranja. La realidad no tiene por qué ser aburrida, para eso estás tú, para ser un artista y a tu manera pintarla.
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A todos nos ha pasado que hemos querido ser por la tierra tragados. Una mala pasada, un tropiezo o un mal comentario y, ¡puf!, desaparecemos de la realidad y al mundo de los sueños nos trasladamos. Y así sería como asustaríamos al que nos hubiera visto ser por la tierra tragados.
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Si de espaldas se pone la realidad, ponte tú de frente y el culo le podrás mirar.