Cumplir años sólo puede significar que empezamos la andadura en otro año de nuestra vida.
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Año tras año conformamos nuestra existencia.
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Nuestra vida no llevaría tal nombre si nos empeñásemos en no cumplir años.
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La vida se compone de muchos días de existencia, los cuales agrupamos en años, que deben ser la mayor felicidad de una persona.
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Podríamos haber agrupado los aniversarios en periodos más largos que un año, pero, sin embargo, celebrar cada 365 días que seguimos vivos es uno de los mayores regalos.
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El cumpleaños en uno de los motivos de mayor celebración para una persona: seguimos luchando, seguimos viviendo, seguimos caminando.
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Deberíamos celebrar aniversarios a diario, cada jornada que pasa es un logro, imaginad, entonces, la enorme satisfacción de haber cumplido otro año más.
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Por más que pasen los años, nuestra edad se mide en nuestro corazón y nuestra cabeza.
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Año tras año demostramos al mundo que seguimos en el buen camino.
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Un año que pasa no es una año menos de nuestra vida, es otro año lleno de vivencias, momentos, emociones y experiencia.
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Has cumplido años, has vivido.
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Como sabríamos cuánto hemos vivido si no fuera por los años.
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Qué sentido tendría la vida si no pasaran los años: cada año que pasa da sentido al ya vivido y a todos los que están por vivir.
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No son los años los que pesan, son las ganas, son las emociones.
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Vive cada día sin pensar en que son otro pasito más hacia un año nuevo: la vida se vive a diario, no anualmente.
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Por más años que hayas vivido, nunca cierres la puerta a las novedades, puesto que los años restantes tienen mucho que ofrecerte y que sorprenderte.
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A menudo hay quien lamenta cumplir años: ellos no saben que si no fuera por estos años ya cumplidos no habrían vivido tantos momentos como son capaces de recordar.
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Una año, veinte años, ochenta años. No importa el número de años que hayamos vivido, importa la pasión con la que los hemos vivido.
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Un año no son nada más que 365 días. No te preocupes por el paso de los años, preocúpate de vivir intensamente cada uno de los días que conforman eso que entendemos por años.
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Una vez un hombre decidió no celebrar su cumpleaños, puesto que significaba otro menos en su carrera vital. En su lecho de muerte comprendió que si no fuera por todos esos años, jamás hubiese vivido todo cuanto vivió.