El pesimismo es incompatible con el amor, dicen. El amor sólo trae felicidad y gozo y ningún dolor, dicen. Entonces, quizás yo sea incapaz de amar y lo que sienta sea otra cosa, porque todo lo que siento por ella me hace sentir miserable.
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El amor es un engaño de los sentidos, el amor es una mentira. Sin la mentira somos incapaces de vivir, sufrimos continuamente, y si vivimos bajo ella, también sufrimos al temer que un día se acabe.
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Los únicos que no sufren por amor son los que ya han muerto.
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No he podido salvar nada de los momentos de felicidad. Cuando éstos pasaron, dejaron tras de sí tan sólo ruinas y rastros quemados. ¿Cómo voy a poder prosperar y seguir adelante cuando mi contento se ha desvanecido?
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Las mujeres no me han traído más que breves interludios de placer, en medio de desengaños y preocupaciones. Y aún así sigo buscando los brazos de una nueva pareja, sabiendo que será tan defectuosa como la anterior. A lo largo de mis días he pasado de aspirar a conocer a alguien que me complementase a ansiar un bálsamo temporal a mis penas.
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¿Por qué ser optimista y mirar al futuro con esperanza? El mejor amor es aquel en el que uno muere amando; el resto de relaciones la vida las apaga y las mata, y después tan sólo quedan amargura y reproches.
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Es mejor no amar que empezar a hacerlo para que luego una relación termine. Y sin embargo, ¿Quién es capaz de escapar a las dañinas flechas de Cupido? Ay, genio del amor, enemigo del género humano: cuán más felices seríamos si no condenases a dos personas a atarse con un lazo que les aprieta y manca, y que, aún por encima, les lacerará al soltarse de él.
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El amor puede darnos una felicidad que dura tan sólo un instante, y una amargura que se prolonga durante lo que nos semeja una eternidad. ¿Lo cambiarías por una vida sin amor?
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Los que viven sin amar no viven los mayores placeres ni los mayores desengaños. Amar es intentar capear una tormenta que nos va a volcar nuestra embarcación, amar es pelear a cada instante contra un fracaso inevitable.
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Durante muchos años pensé que era feliz teniendo una existencia sin sobresaltos. Luego, ella entró como una tromba en mi vida, me dio felicidad, me la quitó y me arrebató mi calma.